“El ocaso del alba”: Capítulo 19 – El ocaso del alba (2/2) + Epílogo – El alba de Matusalem
Creo que no me equivoco, y mis compañeros de profesión me darán seguramente la razón, que no hay cosa más difícil para un autor que despedirse de sus personajes, que acabar una novela. Pues al final de la misma, por mucho que te empeñes en no hacerlo, no puedes evitar haberles cogido cariño, y es que en cierto modo, son tus hijos. Y tú les has dado vida y los has visto crecer y madurar, y de repente, ¡pam! Se van, se esfuman en las últimas palabras que escribes para darle un final a eso en lo que tanto has trabajado. Y es que, yo, como autor que soy, les he cogido mucho cariño a Abraham, Sandra, el desafortunado Caín, el malvado Abel, a los ancianos Matus y Alem… En resumen, a todo el elenco de personajes que han salido de mi cerebro y que a través de un teclado se han posado y cobrado vida en un papel. Por eso, hoy es un día triste.
Pero también es un día alegre, pues termino mi primera novela, y esa es una gran sensación de alegría y regocijo por ver que has llevado a buen término aquello en lo que tanto has trabajado. Por eso, hoy estoy feliz de poder traeros el final de esta obra, lo juzguéis como bueno o malo, pues lo peor que le puede pasar a una historia es que no llegue a tener conclusión (excusemos referencias a «La historia interminable»). Y a partir de hoy puede que esta obra llegue a ojos de mucha gente, que la juzgará rápida o lentamente como mala o buena, pues los gustos de cada cuál son únicos e irrepetibles, y yo estoy preparado para recibir las más mordaces críticas y los más humildes cumplidos, pero ya con el simple hecho de que hayas posado tu vista y atención sobre esta obra, me hace a mí, amigo lector, un hombre tremendamente feliz.
Y es por estas razones que no deseo entretenerte más y darte aquello que, en el caso de que hayas estado siguiendo esta historia de luces y sombras, estarás esperando. La conclusión de «El ocaso del alba». Disfruten:
Capítulo 19: El ocaso del alba – Parte 2
Epílogo II – El alba de Matusalem
Y bien, ahora supongo que queda una pregunta en el aire: ¿Cuándo volveré a las andadas? Pues ni yo mismo lo sé, ahora no tengo inspiración para comenzar una nueva novela, pero llegado el caso, la escribiré. Tampoco sé cuando estará listo el recopilatorio, pues soy demasiado vago para esas cosas, pero llegado el caso, estará listo. Dicho esto, he de daros de nuevo las gracias por estar ahí y por leerme, yme quedaré con la esperanza de que cuando vuelva, me recibiréis con el mismo abrazo amistoso y caluroso con el que ahora me despido de vosotros. Hasta la próxima!
Saludos ratoniles.
Mickael Vavrinec
El fin de «El ocaso del alba»
Así es, no puedo seguir con el proyecto, no me siento con fuerzas ni capaz; la universidad está siendo más dura de lo que parecía y las ideas se me agotan, además de que cada vez siento más presión ante el éxito de la primera parte y tengo miedo de cagarla con la segunda. Por todas estas razones, me veo obligado a abandonar «El ocaso del alba», pero como me sentía mal y no quería dejaros con el gusanillo de qué es lo que tenía planeado que pasara, os he dejado un archivo que relata brevemente los hechos por los que la historia pensaba avanzar hasta su grandioso o mediocre final en un link un poco más abajo.
Por último, no puedo sino agradecer todo el cariño recibido por parte de los lectores, quienes me habéis hecho soñar y llevar hasta aquí esta obra en la que tanto esfuerzo y trabajo he invertido.
Adiós y hasta siempre. Se despide de vosotros esta rata.